sábado, 3 de noviembre de 2012

Muro

Ya no es una ventana, pues las ventanas se abren, y esta permanecerá  cerrada para siempre.
Ventanita hecha muro
que revela que de aquello que existía, solo existo yo, y sola.
Yacen también mis flores, pobrecitas alegrías del hogar.
De este hogar que mira una ventana, desde donde yo solía asomarme a saludar a mi amigo, mientras una mano dulce y joven me levantaba inquietamente el vestido.
Una risa cómplice brincaba desde esa ventana a la mía, celebrando la vida.
Nada, ni acá, ni allá.
Ventanita que me hace doler por partida doble,
que me recuerda la muerte, simbólica y real,
inmensamente doloroso, porque la risa, el recuerdo de la risa, las miradas a través de esta ventana, la búsqueda permanente, rebolotean en mi memoria y chocan, bruscamente con este eco absoluto, en esta tarde de casi verano, donde ni el sol me entibia y me siento tan sola y despintada como aquella  ventana que mi amigo jamás abrirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario