Mar
adentro, mar adentro,
que en la quietud del fondo,
enredado de bentónicas algas,
yace Él sonriente,
culminando el recuerdo.
que en la quietud del fondo,
enredado de bentónicas algas,
yace Él sonriente,
culminando el recuerdo.
Ella
en la orilla,
con la sal besándole los pies,
aguarda las feroces olas,
que desde el fondo sereno,
le lleven ese cruel olvido.
con la sal besándole los pies,
aguarda las feroces olas,
que desde el fondo sereno,
le lleven ese cruel olvido.
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